Me llamo Miguel Frontera, y me considero un investigador, y por lo tanto un eterno aprendiz, de la conciencia y el potencial humano.

Pero no siempre fui consciente de esas inquietudes…


Fotografiar a personas me abrió a otras ramas de
aprendizaje como la espiritualidad o la psicología

Desde esa conexión con mi intuición sentí la llamada de bañarme en este lago glaciar en Eslovenia.


Con el grupo del retiro Reconexión Ancestral en Mallorca, en el que impartí varias dinámicas de breathwork y entrenamiento consciente.